Por: Juan Medina
Plantearnos una afirmación tan abierta como "diseño hoy", puede llevarnos a discusiones interminables y aburridas, que en muchos de los casos, son temas tan viejos como la existencia misma del diseño (nuevos medios y diseño, arte y diseño, etc.), sin embargo me pareció importante poder charlar entorno a la realidad de un diseñador y su relación con la sociedad, desde un punto de vista menos formal.
Al nombrar por primera ves el nombre de la conferencia, en un ejercicio de introspección, la primera imagen que llego a mi mente fue la de una prostituta, si, se que puede sonar grotesco o chistoso, sin embargo al percatarme de la similitud de estas dos profesiones en el ámbito laboral y social, me di cuenta de que podría ser interesante poder generar una analogía entorno al diseño & la prostitución , de tal suerte que decidí ponerle nombre a nuestra compañera de oficio cuya identidad responde lógicamente a un ser ficticio llamado Jany o la Juana, jugando un poco al doble personaje que traemos todos los diseñadores. De la misma forma el seguimiento de la charla nos llebara por tres paradas, la primera llamada "la culpa", la segunda "el talón", y tercera "el perdón".
La Culpa
Todo comienza cuando decidimos estudiar la carrera de diseño (gráfico, industrial, textil, etc), y nuestro primer día en la universidad, que en muchos de los casos fue nuestra segunda o tercera opción; ese día, que puede ser el comienzo de una gran y prometedora carrera o la peor decisión de su vida, las responsabilidades de los padres aflojan la tensión por que los niños, sus bebes, ya se encuentran del otro lado, el problema es que ni ellos ni nosotros sabemos a ciencia cierta de que lado se encuentran.
Al pasar el tiempo nos damos cuenta que el diseño, no es otra manera de llamar a los artistas, ni mucho menos hacer bonitos dibujos, ni menos aún vestir de marca, afeitados y con un luuck Cool para presumir a la familia que somos diseñadores. No nos damos cuenta que la mayoría de los profesores nos exigen hacer unas láminas que no sabemos para que nos servirán en la vida, y sí, también tenemos que leer y saber contar, multiplicar y restar.
En el otro lado de la acera nos encontramos con que juanita decidida a cambiar su vida toma el nombre artístico o de rumba, de "la jany", mejor conocida en el bajo mundo con el nombre de "la Juana", sus motivos para ejercer tal profesión (son igual de desconocidos para nosotros, como los de los alumnos ahora presentes), la han llevado ha desarrollar habilidades nunca antes vistas en una niña de apenas 15 años; su incursión en el mundo laboral es quizás tres o cuatro años antes que el de nosotros y por si fuera poco, no tiene duda de que lo que aprenda ahora le servirá de mucho en el futuro.
A la mitad de la carrera después de ver desaparecer algunos alumnos, los "diseñadores" que por gusto o por necesidad se han vuelto "profesores" se dan cuenta de cuan difícil es esa otra área del diseño que nunca aparece en los textos y que sin embargo es el pilar de nuestra grandiosa carrera, la docencia; es evidente que esta no se encuentra en muy buena condición ya que los planes de estudio en muchas universidades son viejos y no responden ni remotamente a una realidad cruda y compleja como la que se vive en cualquier lugar del mundo.
Es ahí en donde, en un afán de recomposición de los cimientos de nuestra profesión, decidimos hacer uso de nuestras mejores habilidades administrativas y docentes para crear foros como este, en donde se desnudan los pensamientos sin temor a la crítica, y sin saber si los resultados serán favorables para los alumnos de la universidad.
Aquel sentimiento de culpa queda literalmente resarcido cuando decides que puedes aportar algo a tu profesión, y que esto seguramente tendrá efectos secundarios y rebotara en los recuerdos de tus alumnos.
El Talón.
La Juana, ha decidido que sus clases y el mal pago por estas, llego a su fin, y es momento de sacarle provecho a su tan dura profesión, las habilidades que ha desarrollado en estos ultimos cuatro años, le han permitido, conocer a sus clientes, saber que es lo que quieren, que medios utilizar y sobre todo cuanto debe cobrar.
El diseñador al concluir su carrera después de dos años de tesis, llega con desventaja de por lo menos cinco años, sin saber siquiera como vender su trabajo y mucho menos como cobrarlo, sale literalmente a talonear y regalar su trabajo en cualquier dizque despacho de diseño si bien les va y si no, terminan sacando copias en un ciber café o dando cursitos de diseño web en el CNCI, y regalando sus conocimientos a la competencia más desleal que puede tener un diseñador.
Mientras tanto la Juana, poseedora de grandes habilidades y dueña de un cuerpo envidiable se transforma en la reina del talón, ganando tres o cuatro veces más en una noche el salario de un diseñador que asciende a los cuatro mil pesos "mensuales"
Al pasar el tiempo se estabilizan las cosas y recapacitas, decidiendo dignamente que tú trabajo vale y vale mucho, que tus conocimientos no los puedes regalar a cualquier hijo de vecina y que debes hacer algo, el problema es que nunca te enseñaron a vender tu trabajo, ni pensar como empresario, así que tienes dos opciones, seguir buscando y cotizarte en la bolsa de trabajo que seguramente no servirá de mucho, o, emprender un negocio propio y buscar la manera de seguir preparándote.
Al pasar grandes avenidas en la zona rosa de la CD de México nos encontramos con que la Juana es ahora líder social de sexo servidoras del país y se ha transformado en una exitosa empresaria de este servicio, explotando a niñitas y niños para deleitar a una elit de político de dudosa procedencia, logrando para su glorioso gremio leyes que las protegen contra el abuso laboral, y les otorgan su obligatorio derecho al seguro social o salud pública.
De este otro lado, nuestro inexistente gremio de diseñadores, nos obliga a trabajar turnos completos con contratos laborales de tres a seis meses, sin derecho a antigüedad y ni que decir del seguro social, aceptando pichi cateos de tus clientes que se sienten diseñadores, porque nosotros no hacemos respetar nuestra profesión, por que hasta ahora no se reconoce socialmente al diseñador como licenciado, porque señores, nosotros mismos no nos creemos ni nos valoramos como diseñadores.
El perdón
Frente a una reflexión constante, el diseñador se plantea ¿Qué hacer?, reunir a sus alumnos y platicar en torno al "diseño hoy", o esperar a que ellos descubran por su propia experiencia, la necesidad de discutir, de reflexionar, de debatir y hacer diseño con las palabras y el pensamiento, y permitirse así la aspiración a una vida más digna, por que cuando el perdón llegue, señores, el diseñador se encontrara con que su familia y no el, dependerán de lo mucho, o lo poco que haya aprendido en su primer día de clases en la universidad.
Y así la Juana, que durante todo este tiempo vio brillar la luz en su monedero, ahora se encuentra con que el tiempo, su más exigente cliente, ha cobrado con creces su participación en el juego.
El diseñador & la Juana, nos aproximan a una realidad del diseño hoy en nuestro país y les deja a ustedes la posibilidad de cambiar esta historia.
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